The national anthem of His Majesty The King

Song: Why does it always rain on me by Travis.

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Este viaje ha sido paradójico porque lo llamamos «Trip to Monsoon Kingdom» por la temporada de monzón, y solamente nos había llovido dos veces en 30 días… hasta hoy.

Queríamos ir a dar el tour de los arrozales, conocer el lago, explorar en el scooter. Nos fuimos a tomar nuestro café cotidiano al Ristr8to.

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Las nubes grises ya anunciaban lo inevitable. Una gota, dos, tres, comenzaban a precipitarse hasta volverse miles. Tuvimos que regresar a refugiarnos a la casa.

Pensamos que la lluvia cesaría en un par de minutos. No dejó de llover en todo el día. Sólo pudimos hacer pequeñas salidas estratégicas, forrados con bolsas de plástico, rompe vientos improvisados.

Yo Pad Thai con pollo.

Arturo quería carne, nada de verduras. La mesera le trajo pollo con verduras. Cuando le dijimos de cambiarnos la orden, tomó el plato, iracunda, y se fue rumbo a la cocina.

– Ahora seguramente te escupirá en la comida.
– Prefiero puerco con gargajo, que pollo con verduras.

De postre una cubetita de nieve de coco para cada uno. Después, el regreso al búnker anti lluvia.

Nos pusimos al tanto de varias cosas, a leer, a editar fotos, a planear el último país que visitaremos: Myanmar.

La tormenta amainó ligeramente. Me puse mis licras de ciclista, mi impermeable, y me fui a correr por la carretera a lo largo del canal.

9.6 kilómetros. Llegué más mojado de agua de sudor que de lluvia.

Decidimos ir al cine. Chiang Mai se siente como estar en casa así que por qué no intentar algo tan mundano como ir a ver a Brad Pitt y a Logan Lerman en la nueva y enésima película sobre la segunda guerra mundial y los gringos mata nazis.

Media hora de publicidad y trailers de películas Thai, sobre un par de lesbianas y otra sobre ninjas que asesinaban con huesos letales de pollo. Y luego, el momento cumbre.

– Pueden mostrar respeto y levantarse para entonar el himno de su majestad, el rey.

1 minuto de pie, con el resto de la audiencia, viendo imágenes barrocas multicolor del rey, en su trono de oro, rodeado por sus perros, mariposas y multitudes enloquecidas que recuerdan los conciertos de Michael Jackson. Todo esto mientras una señora Thai canta algo así como una mezcla entre un tema de telenovela mexicana y una canción pop de animé japonés.

– Nunca me había aguantado tanto la risa.

La película está buena. Los gringos son expertos en explotar la aparente inagotable dualidad americano-alemán, una rivalidad canónica de la mitología y del imaginario colectivo contemporáneos.

– ¿Los alemanes verán estas películas?
– El estigma nazi perdurará siglos, de eso se encarga Hollywood.

Cena rápida y de regreso a casa, ya llovía menos. Ojalá mañana se preste el tiempo para el festival Loi Krathong, y el último día en Chiang Mai, y en Tailandia.

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