Song: Dancing Mountains by M83
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A las 6 am me fui a correr a la «promenade» de Tsim Sha Tsui y a la Avenue of Stars, donde ya había otros corredores, todos flacos como fideos, haciendo jogging, y gente vieja como el imperio, practicando «water bending» (avatar, the last air bender).
Hoy era el día de los templos.
El primero era el templo de Lantau Island, un monasterio budista, situado en la isla más grande de Hong Kong.
Las formas más sencillas de llegar son con el metro hasta Tung Chung Station y luego un autobús hasta el monasterio Po Lin, o con un teleférico panorámico (Ngong Ping 360). O como le hicimos nosotros, un Ferry que sale del Pier 6, cerca de Central Station, hasta Mui Wo, y después el autobús New Lantau no.2 a Ngong Ping.
– ¿Cómo ves que ya te vengo manejando el chino, «plimo»?
– Ni siquiera sabemos si se pronuncia así maldito «letlasado» jajaja.
Ya en Ngong Ping, visitamos el Monasterio Po Lin, donde se venera a Buda, con hartas reverencias, muy flexibles de cuerpo, y ofrendas de frutas, flores, luces, música e inciensos aromáticos (como la ofrenda de las seis «Devas»).
El monasterio fue establecido a principios del siglo XX, pero ha sido agrandado y reestructurado con los años para acoger a los numerosos «feligreses».
– ¿Es como la nueva Basílica de Guadalupe, no? Pero «pal» Buda…
– Así lo es, Manuelas.
El Tian Tian Buda o Big Budha (dude, hey Jo, bitch), yace en la cima de una colina, descargando sus monumentales dimensiones sobre una flor de loto. Este Buda es la representación «mirrey», el Amoghasiddhi, no la versión del monje gordo y no muy agraciado.
Para visitarlo hay que pagar y subir bastantes escalones. Ya en la cima hay aire acondicionado, y el precio del boleto incluye una botella de agua y un helado.
– Ese Gautama Buda era un loquillo.
Para regresar a la civilización tomamos el teleférico Ngong Ping 360 y transbordamos al metro para irnos hasta el otro lado de la ciudad, al norte de Kowloon.
Hoy no compramos el pase de 24 horas, tratando de resarcir el error de ayer. Sin embargo terminamos siendo estúpidos por 2 días consecutivos, porque hoy si lo habríamos desquitado.
El metro de Hong Kong es el más moderno, ordenado, y mejor diseñado que haya visto en mi vida; más que el de NY, o el de Londres, o el de París. En cuestión de precio y limpieza, el de México sigue siendo el monarca mundial absoluto.
Aquí el precio del boleto unitario depende de la estación a la que vas. También existen paredes protectoras en las vías, que impiden que la banda suicida se lance a acabar con sus miserables vidas, y pasarle a joder el día a los demás pasajeros, con retrasos fúnebres en el servicio.
Nos bajamos en Diamond Hill para visitar Nan Lian Garden y el segundo templo del día, Chi Lin Nunnery.
Nan Lian Garden es un parque público construido bajo el estilo de la dinastía Tang.
– ¿El de las aguas de sabores?
– Cállate, maldito pelón.
Cada elemento, colina, roca, planta y cuerpo de agua, fueron colocados ex profeso de acuerdo a una metodología muy específica. Existen también exhibiciones permanentes de piezas arquitectónicas de madera, piedras y jardinería.
Por su parte, Chi Lin Nunnery, también con estilo de la dinastía Tang, es un templo de madera, con estanques de lirios y flores de loto flotantes, reliquias budistas, y estatuas de otras divinidades.
Después del largo recorrido, era hora de volver al hotel. Famélicos pasamos antes a un restaurante donde pedimos un arroz, con verduras y res, de lo más casero.
– ¡Ay ya! Solo faltó que la señora nos cocinara en su casa.
Reventados por la caminata, y el sol implacable volvimos al hotel donde sucumbimos a un letargo profundo.
Mañana solo media jornada en Hong Kong, y a las 3pm volamos a Hanoi, Vietnam.