Song: Un Pato by Natalia Lafourcade.

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Teníamos 3 horas para visitar un poco más de Bangkok. Tomamos un barco hasta el muelle 5, China Town.

– ¿Por qué todos tienen el pelo negro? ¡explícamelo!

Caminamos por el barrio entre puestos ambulantes, que vendían todo tipo de parafernalia, comida frita, flores y aguas de fruta. Compré un jugo de granada por 50 bahts, la felicidad roja en una botellita de plástico reciclado.

Cestos con especias y estantes con peluches. Arturo compró una bolsita de patitos de hule miniatura.

Montañas de jaulas con gallinas vivas junto a un restaurante, la muerte nunca fue tan inminente.

– ¡Pobres gallinas!
– Pero qué ricas son.

Entramos a un templo, el Wat Mangkon Kamalawat, con decenas de feligreses ahumados de incienso y devoción.

Los templos budistas en Bangkok parecen estar hechos en molde, todos son idénticos y estandarizados, menos este, que arquitectónicamente es más chino que los otros.

– ¿Viste a ese viejito?
– Tenía miedo que de sólo mirarlo se muriera.

Caminamos rumbo al sur buscando un Buda gigante de más de 4 toneladas que nos habían recomendado. Nunca lo encontramos. Al final resultó que estaba a kilómetros de ese lugar, en el muelle 14.

Más tarde, ingresamos a otro templo. No nos recibió ningún monje afeitado y anaranjado, sino un pequeño y gordo pug que atacó directo a los cordones de mis zapatos, mientras roncaba de apnea como un cerdo más que un perro.

– Me recuerda a Tenoch.

De regreso al hotel descubrimos que la mejor forma de llegar al aeropuerto era tomando la Sky Line (BTS) de Surasak hasta Mo Chit, y luego el autobús 29 hasta el Don Mueang International Airport.

42 bahts por el Sky Line, y 10 por el autobús. El transporte en Tailandia es muy barato si sabes moverte como Thai. Por persona, el barco que recorre el río te cobra 15 o 20 bahts, la lancha que te cruza de un lado a otro de la cuenca 3 bahts, y un urbano de 10 a 15 bahts. 10 bahts son 4 pesos mexicanos, para la conversión de divisas, lo que le llaman.

Aeropuerto, check-in, vuelo. Aterrizamos en Krabi a las 6 de la tarde.

– Primo, estamos en la zona de las mejores playas de Tailandia.
– Patitos de hule, ya. Ahora sólo me tengo que comprar un traje de baño.