Song: Everybody’s Talkin’ by Harry Nilsson.
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Siempre decir adiós es complicado. Como le oí decir (o lo leí) a Carlos Fuentes, las bienvenidas deben disfrutarse lentamente, las despedidas deben ser rápidas como si tuvieras prisa.
Nuestro último café Ristr8to.
Entregamos el scooter y abrazamos a Delphine fuera de la estación. Siempre me ha impresionado cómo las buenas amistades, las que marcaron un hito en tu vida, trascienden las fechas de caducidad de los alimentos.
5 horas de autobús hasta Mae Sai. Una señora vomitó durante el viaje, luego se quedó dormida. La bolsita con sus rejurgitaciones se rodaba por el piso del autobús, como sobre la borda de un barco. Pánico colectivo de los demás pasajeros. Una bomba de tiempo.
– Ahorita explota eso, y ya valimos madre.
Llegamos a Mae Sai y una camionetita nos llevó a la frontera. Pasamos la migración Tailandesa, y atravesando un puente de territorio internacional, unos 5 metros de umbral espacial, llegamos a Tachileik, Myanmar.
Revisión rutinaria de visas. Aún llevan un registro a mano en esos libretones como de visitas a oficinas de gobierno. Mientras la mujer escribía nuestros nombres, yo veía en las paredes los anuncios con el alfabeto birmano; una caligrafía tan estilizada, tan intrincada, tan incomprensible.
– Si a mí me ponen a escribir nombres en birmano, ahí te encargo. Me muero.
Lo primero que teníamos que hacer era investigar cómo irnos a Mandalay. Según el Internet, como le llaman, no salían autobuses de Tachileik a Mandalay. La única posibilidad era un avión, y habría que viajar hasta el día siguiente.
La primera agencia nos vendía el boleto en 135 dólares.
-Per person? Está usted bien pinche loca.
En la agencia de enfrente 65 dólares el boleto individual, con salida a Mandalay el sábado 8 a las 5.30pm.
– Deme dos. Deme.
Aquí en Tachileik la moneda más usada es el baht tailandés, pero también se aceptan dólares y el kyat birmano. Aproximadamente 1 dólar americano corresponde a 1000 kyats.
Encontramos un hotel atravesando el mercado. Dos camas, cuarto limpio, ventilador potente y no muy ruidoso, buen wifi (indispensable), mosquitero impenetrable, y hasta una cafetería. Pasaremos aquí la noche.
– ¿Es Burma o Myanmar?
En palabras de mi amigo Tom Gordon:
«Yes it was called Myanmar by a dictatorship. Forcibly changed without asking the people. To quote Aung San Suu Kyi
‘Well, I think it’s up to you. I’ll explain why I use Burma. Burma was known as Burma since independence. Suddenly, after the military regime took over in 1988, one day, just like that, out of the blue, without so much as a by your leave from the people, they announced that Burma was going to be known as Myanmar in English from now on officially, and it would be Myanmar at the U.N. and so on. And the reason they gave is this, that Myanmar referred to all the peoples of this country whereas Burma, first of all, is a colonial name; and secondly, it had only to do with the ethnic Burmese’.»
Le diremos Burma desde hoy en adelante, pues.
En Tachileik no hay nada, es la típica ciudad fronteriza con muchas tiendas con productos poco tasados, o nulos, y gente de ambos lados, o de ninguno (como nosotros).
Una mujer pasa junto a nosotros. Tiene manchas de crema en la cara, mal embarradas, como un boicot voluntario a la normalidad de su rostro, o como un apache ebrio maquillándose para la batalla.
– Es Thanaka, una pasta cosmética que se usa mucho y para muchas cosas en Burma: humectante, protector solar, sirve contra el acné, la piel seca y los hongos.
– Ah como el lodo de los elefantes.
– O la concha nácar de Xalapa.
Nos salimos a cenar. Tuvimos que recorrer bastantes metros por la calle principal hasta encontrar algo así como una comida económica. Pad Thai y Arroz frito. Uvas verdes de postre.
Ahora al hotel y a dormir con una sonrisa. Todo mundo habla del Triángulo Dorado: la confluencia de dos ríos Ruak y Mekong, la superposición de las montañas del sudeste asiático, el trifinio natural de Tailandia, Laos y Myanmar.
Yo, en cambio, he creado mi propio Cuadrado Dorado: la confluencia de dos amigos Manuel y Arturo, la superposición de experiencias en el sudeste asiático, la ruta «cuadripartita» de Vietnam, Cambodia, Tailandia y Myanmar.
– Buenas noches primo.
– Buenas noches Manuelitas.